El día 3 del pasado diciembre se publicó en Libertad Digital y dentro de la sección de Profesionales, un artículo, al que siguieron otros dos, que bajo el título de “Las claves del esplendor y la caída de Arthur Andersen” el ex presidente de esta firma en España durante los 90, Enrique Alvarez, explica los que en su opinión fueron los factores clave que determinaron el éxito y caída de la principal firma de auditoría del mundo. Caída que se asocia al denominado “caso Enron”. Artículos cuyos enlaces se indican a continuación:
Las opiniones del autor pueden ser discutibles, si bien y en mi calidad de ex miembro de la firma durante los años 80 y especialmente como responsable de administración de una de las principales oficinas de España, fui testigo del inicio de la separación entre sus dos grandes actividades, auditoria y consultoría. La primera se regía por unos estrictos principios éticos y de rigor metodológico que los consultores tildaban de ultraconservadoras y anacrónicas. Los sistemas de control y supervisión de las actividades de la firma eran comunes para ambas divisiones, lo que solía provocar no pocas discusiones en cuanto a la evaluación de los resultados y las medidas correctivas a tomar, máxime si se tiene en cuenta que el responsable de la oficina, normalmente procedente de la auditoría, dirigía ambas actividades.
Mi intención al incluir estos escritos no es otro que el de aportar información de utilidad respecto a la caída de las dos torres “A A” (letras por las que se reconocía a la firma) especialmente para los jóvenes auditores. Algo que todavía hoy me cuesta creer. Quienes hemos tenido la suerte de pertenecer a su organización, especialmente los que como en mi caso tuvimos el privilegio de conocer la firma por dentro tanto en España como en Chicago (sede central o WHQ) y en otras oficinas en Estados Unidos, guardamos un excelente recuerdo y sentimos sobre todo un sincero agradecimiento por lo mucho que aprendimos durante nuestra estancia en ella.
